La crisis ambiental es una crisis de
civilización. Es la crisis de un modelo
económico, tecnológico y cultural que ha
depredado a la naturaleza y negado a las culturas alternas.
La crisis ambiental es la crisis de
nuestro tiempo. No es una crisis
ecológica, sino social. Es el resultado de
una visión mecanicista del mundo que,
ignorando los limites biofisicos de la
naturaleza y los estilos de vida de las
diferentes culturas, esta acelerando el
calentamiento global del planeta.
El desarrollo
sostenible parte de una idea equivoca
para alcanzar sus objetivos. Las políticas
del desarrollo sostenible buscan armonizar
el proceso económico con la conservación
de la naturaleza favoreciendo un balance
entre la satisfacción de necesidades
actuales y las de las generaciones futuras.
El concepto de sustentabidad se
funda en el reconocimiento de los limites
y potenciales de la naturaleza, así como
la complejidad ambiental, inspirando una
nueva comprensión del mundo para
enfrentar los desafíos de la humanidad
en el tercer milenio.
El concepto de
sustentabilidad promueve una nueva
alianza naturaleza-cultura fundando una
nueva economía, reorientando los
potenciales de la ciencia y la tecnología,
y construyendo una nueva cultura política
fundada en una ética de la sustentabilidad en valores, creencias,
sentimientos y saberes que renuevan los
sentidos existenciales, los mundos de vida
y las formas de habitar el planeta Tierra.
Las políticas ambientales y del
desarrollo sostenible han estado basadas
en un conjunto de principios y en una
conciencia ecológica que han servido
como los criterios para orientar las
acciones de los gobiernos, las instituciones
internacionales y la ciudadanía.
Los
principios del desarrollo sostenible parten
de la percepción del mundo como una
sola tierra con un futuro común para
la humanidad; orientan una nueva
geopolitica fundada en pensar globalmente
y actuar localmente; establecen
el principio precautorio para conservar
la vida ante la falta de certezas del
conocimiento científico y el exceso de
imperativos tecnológicos y económicos;
promueven la responsabilidad colectiva,
la equidad social, la justicia ambiental y
la calidad de vida de las generaciones
presentes y futuras.
Sin embargo, estos
preceptos del desarrollo sostenible no
se han traducido en una Ética como un
cuerpo de normas de conducta que
reoriente los procesos económicos y
políticos hacia una nueva racionalidad
social y hacia formas sustentables de
producción y de vida.
La Ética se esta transmutando en una Ética política. De
la dicotomia entre la razón pura y la razón
practica, de la disyuntiva entre el interés
y los valores, la sociedad se desplaza hacia
una economía moral y una racionalidad
Ética que inspira la solidaridad entre los
seres humanos y con la naturaleza.
La Ética para la sustentabilidad
plantea la necesaria reconciliación entre
la razón y la moral, de manera que los
seres humanos alcancen un nuevo estadio
de conciencia, autonomía y control sobre
sus mundos de vida, haciéndose
responsables de sus actos hacia si mismos,
hacia los demás y hacia la naturaleza en
la deliberación de lo justo y lo bueno.
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